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lunes, 24 de febrero de 2020

Análisis con Spoilers de The Greater Good

Libro de Psyquic Awakening número 5

The Greater Good es un giro de ciento ochenta grados con respecto al anterior suplemento, no por la calidad, que me parece muy buena, sino por el tono. Ritual of the Damned tenia el tono de una novela de marines espaciales, directo, lleno de acción y con el espectáculo en mente pero sin olvidarse de que una victoria definitiva es imposible, de que solo ganas tiempo y que el coste es enorme. Aquí, por otra parte, volvemos a relatar algo más parecido a los otros suplementos, en los que prefieren dar la idea general de cómo están las cosas en un rincón de la galaxia en lugar de contar las cosas en un registro más narrativo, pero el diablo está en los detalles y aquí hay muchos detalles que hacen de The Greater Good algo singular.


PARTE 1: GOOD MORNING, VIETNAM

Ya que el suplemento prefiere explicar las cosas dando pinceladas aquí y allá presentándo la situación de la Quinta Esfera de Expansión T´au con unos pocos conflictos que te dan una idea general, yo voy a hacer lo mismo a la hora de hablar del trasfondo pertinente.

La situación inicial es la siguiente: después de que la Cuarta Esfera de Expansión fuera prácticamente devorada por la disformidad, los T´au no pierden el tiempo y mandan la Quinta esta vez comandada por Shadowsun, una de los líderes militares de mayor prestigio de toda su raza y...habéis visto la peli de Event Horizon? Bueno, pues escuchar a Shadowsun hablar de lo que se encuentra al otro lado de la Gran Fisura es lo mismo. Allí se encuentran por primerita vez con el Caos y la experiencia resulta traumática, así como con los Cultos Genestealer y los supervivientes de la Cuarta Esfera pero estos están...cambiados. Esto es algo de lo que hablaré mas adelante, por ahora baste decir que tras verse superada defendiendo el Nexo Startide de una flota enorme de la Guardia de la Muerte, envía un dron con toda la información al imperio T´au avisando de lo que se acerca. La flota T´au se congrega al otro lado del Nexo, pero ni una sola nave de la Guardia de la Muerte aparece. Toda la flota ha desaparecido misteriosamente en lo que esencialmente es un pasillo con solo dos salidas.

Después de esta dura prueba, Shadowsun no pierde el tiempo y retoma el esfuerzo de expandir el Imperio T´au al otro lado de la Gran Fisura en la región del espacio denominada la Expansión Chalnath, lo que inicia con un gran esfuerzo diplomático pero este resulta truncado por motivos anómalos.


"This is the end, my only friend. The end."

La diplomacia en The Greater Good cobra una importancia capital, algo con lo que ya venía GW dando la turra durante los anuncios del suplemento, pero no esperaba que de verdad profundizasen sobre ello y la verdad es que esto ha hecho que sea un conflicto mucho más interesante. Las facciones protagonistas esta vez son los T´au, el Astra Militarum y los Cultos Genestealer, facciones cuyo poder es relativamente menor y dependen más de una buena planificación que de simplemente lanzar carnaza al enemigo.

No digo que no lo hagan, digo que les viene mejor cuando hacen algo mejor que eso.

La cosa es que la historia de este suplemento hace incapié en que antes de que comience una guerra, es esencial saber de cuántos aliados dispones. La Quinta Esfera de Expansión tiene lugar en el Imperium Nihilus, donde muchos humanos ya no mantienen contacto con el Imperium y dada esta falta de control, no es raro que empiecen a cuestionarse su lealtad. En el caso de los imperiales, la fe es presentada como nunca con un papel unificador de la cultura no solo planetaria, sino de la raza, exaltando el valor y la pureza de los valores humanos contra las pérfidas filosofías alienígenas, mientras que los T´au hacen propaganda de su superioridad tecnológica y su mayor nivel de vida. Los Cultos Genestealer, por su parte no pueden ir por ahí pregonando la superioridad del Hijo de las Estrellas, pero el suplemento se las apaña para hacer algo creíble, hablándonos de cómo utiliza agentes infiltrados, manipulación, hipnosis, asesinatos o extorsión para redirigir los recursos imperiales al culto o haciendo creer a los imperiales que han sido abducidos por los T´au que son una manifestación del Hijo de las Estrellas y que por lo tanto "por supuesto que puedes prestarnos acceso a las defensas antiaéreas, los vamos a recibir con los brazos abiertos!"


"No son tan distintos si lo pien.. *BALAZO DE COMISARIO*"

No daría la turra tanto con el asunto de la diplomacia si no tuviera efectos tan directos en las batallas que se nos presentan. Son tres planetas, cada uno una victoria para cada bando, y me encanta ver cómo el equilibrio cambia a medida que unos dudosos aliados muestran su verdadera cara. Cuenta cómo el Culto Genestealer recibe a balazos a unos T´au que creían que iban a aterrizar en una zona amiga y acaban aniquilados al descubierto, cómo una Gobernadora Planetaria lidia con los psíquicos dándoles la oportunidad de no ser quemados en la hoguera si sirven forzosamente en las filas imperiales, lo que la lleva a negar psíquicos a los cultistas y arrancar la amenaza de raíz. Pero el más llamativo para mí es el frente que es narrado desde el punto de vista de Shadowsun, que ataca un planeta cardenalicio. Espera una rápida victoria, pero recordemos que después de que se abriera la Gran Fisura, los fenómenos psíquicos se han multiplicado y, con la insistencia de la Eclesiarquía en todo el rollo de defender la pureza humana, esto ha ocasionado "milagros" en el campo de batalla que desafían toda lógica para los T´au, y refuerza la convicción de los humanos en la lucha, hasta el punto de que algunos incautos que habían aceptado el Bien Supremo disparan por la espalda a sus aliados alienígenas al ser testigos de los "milagros" de la Fe. En resumen, The Greater Good se esfuerza por hacernos entender la importancia de la propaganda, el espionaje y la diplomacia (y la coherción) en un sector imperial que debe apañárselas en solitario y lo consigue.

Esto último de los milagros psíquicos no es algo nuevo pero vaya suerte que no hubiera cultistas del Caos, supongo.


PARTE 2: LOS SUPER HOMBRES NO VAN A VENIR A SALVARTE

Aparte de andar jugando a  Elecciones Generales para ver si Kang es nombrado presidente, The Greater Good presenta la guerra de una manera que pocas veces he visto en un suplemento. Que Warhammer 40.000 es una distopia en la que el valor de la vida humana es nulo y la muerte de billones se ignora año tras año es algo de sobra conocido, pero una cosa es contarlo y la otra mostrarlo. En ocasiones como esta me acuerdo de la famosa cita atribuida a Stalin de que "la muerte de un individuo es una tragedia pero la muerte de millones solo una estadística", porque cuando hablamos de drama, se ajusta a la perfección; al lector le será mucho mas impactante la tragedia cuando es personal y cerca que cuando es multitudinaria y lejana.

Y tú sabes que cuando lloras por un comic corto de gatitos abandonados pero te da igual lo que digan las noticias, algo de razón tenia.


"Xeno muerto abono pa mi huerto"

La cosa es que la lucha que llevan a cabo los T´au y el Astra Militarum no es relatada con la grandilocuencia habitual, sino de manera sobria y sórdida. Este es en general un suplemento amargo, la primera muestra de esto está en los supervivientes de la Cuarta Esfera de Expansión. Shadowsun no encuentra orgullosos T´au que han sobrevivido triunfales, sino pobres cascarones devastados por la experiencia de vivir de cerca los efectos de la disformidad. Una cosa es que sean insensibles a la disformidad, pero eso no te hace invulnerable a las horribles visiones de matanza de una incursión demoníaca. Mutilaciones, seres antinaturales, mutaciones espontáneas, todo lo que te rodea cambiando de maneras horripilantes. Todo esto ha dejado a los supervivientes de la Cuarta Esfera traumatizados de por vida y Shadowsun es testigo de actos lamentables por parte de los suyos, que de pronto se lanzaban a por el enemigo cuerpo a cuerpo de forma insensata, practicaban torturas a los prisioneros o tenían estallidos de ira que calmaban a base de ejecutar a humanos que se habían rendido o incluso, aliados. Si fueran humanos sería posible hacer la hipótesis sobre influencia demoníaca pero en el caso de una raza que no es sensible a la disformidad solo nos queda la opción mas elemental: el Transtorno de Estrés Post Traumático.

Pero esto resulta ser solo la punta del iceberg. La campaña que tiene lugar desde el punto de vista de Shadowsun (el planeta se llama Astorgius, pero meh) comienza con éxitos indiscutibles cuando se enfrenta al Astra Militarum en campo abierto, pero luego le toca meterse en las ciudades y la película cambia mucho. Ahí no se enfrenta a grandes ejércitos al descubierto, sino a núcleos de resistencia autosuficientes que emboscan a sus fuerzas en cada esquina y tiene que sacar a los humanos de sus escondites en un asedio largo y costoso en vidas. A menudo se encuentran con bombas que mutilan guerreros de la Casta del Fuego o se ven obligados a registrar de nuevo un sector que se supone que estaba despejado. Todo esto empeora cuando le llegan informes e incluso grabaciones de los mencionados "milagros", fenómenos que es incapaz de comprender, como tampoco comprende que los humanos soporten tantas pérdidas y vivan en condiciones tan desfavorables solo motivados por la fe imperial. En un intento por minar la fe de los imperiales, asalta una de las principales macro-catedrales de la mayor ciudad colmena, pero a pesar de que tomarla, los humanos solo luchan más enconadamente. La nota final de la parte que le toca a Shadowsun en el suplemento la vemos visitando una nave médica y revelando que el coste en bajas entre heridos y muertos es desproporcionado, pero que solo es el comienzo de una guerra larga y sobre todo, sucia.


"Te voy a enseñar para qué sirve una bayoneta, desgraciado!"

Las campañas de los Cultos Genestealer y el Astra Militarum no están a la misma la altura por varios motivos, aunque ninguno es la escritura desidiosa. Los T´au están comandados por un personaje canónico y aunque son de otra raza, las emociones que atraviesan a Shadowsun son cosas con las que podemos empatizar como lectores y tanto ella como su entera raza está cruzando por un momento crítico en muchos sentidos. Por su parte, los Cultos Genestealer no tienen esa carga dramática porque sabemos que están abducidos por unos entes que en última instancia van a asimilarlos y de todas, la suya es la campaña mas impersonal de todas. No esta mal, simplemente no está a la misma altura que las otras dos. La del Astra Militarum no llega tampoco a la de los T´au, pero esto es porque la campaña en la que ellos están envueltos carece de ese peso, de ese sentimiento de novedad. Un detalle que me agradó fue que te dan a entender que este es su primer encuentro con Genestealers, porque si bien nosotros, los lectores, los conocemos a través de las descripciones, desde el punto de vista de los imperiales solo son "mutantes que están claramente organizados". Aún así, la campaña del Astra Militarum sí tiene cosas que me gustaron, como que por ejemplo, la Gobernadora Planetaria tome una decisión que no poca gente consideraría herética, la de perdonar la vida de los psíquicos a cambio de reclutarlos forzosamente para acabar con células de cultistas y terroristas mutantes. La segunda es que descubren a los Cultos Genestealer de pura chiripa, porque en principio están haciendo frente a mutantes no-alienígenas que se ocultan en las profundidades de las instalaciones mineras y de pronto descubren que estos mutantes estaban luchando contra los Genestealer. Y tercero y más importante, esta también es una guerra carente de gloria. Sucede en un mundo industrializado centrado en la minería y toda la campaña sucede bajo tierra, en condiciones de oscuridad, con constantes derrumbamientos, sin sitio donde cubrirse del fuego enemigo y donde la metralla causa estragos al rebotar contra los muros. Al final el Astra Militarum vence, pero el camino a la victoria es arduo e ignominioso.


PARA FINALIZAR

Mientras que Ritual of the Damned era una buena muestra de Warhammer 40K en su tono mas épico y grandilocuente, The Greater Good se muestra con igual destreza mostrando las cruentas guerras de este universo en su forma mas decadentista. El avance dentro del trasfondo es algo que se da exclusivamente a los T´au, puesto que las otras facciones son demasiado extensas y descentralizadas como para que nada les afecte de forma global, amén de que su destino está dirigido por organizaciones o fuerzas muy superiores, pero lo que obtenemos de los T´au es fascinante y terrorífico y abre la puerta a una narrativa que me recuerda mucho a lo que Peter Fehervari escribió en Fire Cast, y como todo lo que tenga que ver con ese autor, es buena señal.

Pasemos a los relatos de la página del Despertar Psíquico; en este caso debo decir que son la mejor cosecha de todo lo que hemos visto hasta ahora.

Beyond the Startide Nexus de Dirk Wehner es uno de los relatos tipo "presentando lo que está por venir", enfocándose en presentar el escenario en el que se va a dar el enfrentamiento, pero está contado desde un punto de vista muy acertado. En él se relata la recepción del mensaje de Shadowsun que llega al Imperio T´au, hablando en él de su primer encuentro con la Guardia de la Muerte. El terror en los testigos del mensaje es absoluto y sientes que esta raza está entrando en una nueva etapa de su Historia.

Opressror´s End de Colin Cubbon. Narra el levantamiento de los Cultos Genestealer desde los ojos de uno de los Neofitos, pero guarda un giro al final de los que tanto me agradan. Muy recomendable. 

The Killing Creed de Andy Clark. Este es un relato del que se podría extraer una novela entera. Baste decir que Clark opta por una historia que ahonda en la psicología de su narrador, que se ve en la tesitura de comparar las filosofías de un demagogo imperial para saber si ha sido corrompido por los xenos y dictar sentencia. De lo mejor que se ha visto entorno a este evento.

In Harmony Restored de Andy Clark. Una vez mas, cuando a Andy Clark le dan la oportunidad de escribir sobre una batalla en la que se refleje la mentalidad de las partes implicadas no solo cumple sino que no pierde de vista la amarga realidad que se supone que este universo tiene que relatar. Excelentísimo trabajo. 

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