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miércoles, 10 de junio de 2020

Análisis con Spoilers de Engine War

Libro de Psyquick Awakening número 7.

Esto no debería continuar así. No debería sorprender a nadie que empiece con una frase tan lapidaria, pero que no se me malinterprete, no me estoy refiriendo al trasfondo del suplemento en cuestión. Todavía. No, eso no va por Engine War, sino por la situación en la que nos ha dejado el confinamiento, y es que el calendario de Games Workshop tampoco es inmune a los regalos de Nurgle. Con la decisión de parar la producción durante lo que durase el confinamiento en Inglaterra, Games Workshop atrasó la salida de los suplementos del Despertar Psíquico restantes, y con los grandes eventos cancelados, el anuncio de los futuros lanzamientos se hizo mediante Previews en Twich. El problema que esto me da a la hora de escribir y valorar el trasfondo de este suplemento, y me temo, de los que aún faltan por llegar, es la perspectiva que me dan. Mientras escribo esto, la Novena Edición ya ha sido presentada, ya sabemos que el punto cardinal sobre el que va a girar el trasfondo va a ser el regreso del Rey Silente, con su correspondiente enfoque en los Necrones, y los tres suplementos restantes, de los que ya sabemos la sinopsis desde hace tiempo, se van a lanzar en tres semanas consecutivas deprisa y corriendo. 

Con esta perspectiva, es imposible no leer los suplementos con la idea de que no solo son cosas pasajeras, sino que probablemente no se enlacen en el futuro con nada, pero de todas maneras pretendo intentar que la visión del conjunto afecte lo menos posible a mis impresiones, pues aunque carezcan de consecuencia, esto no les resta valor cuando como mínimo, son capaces de contar una historia decente. Si acaso, este conocimiento moldeará lo que tenga que decir en mis apuntes finales una vez terminemos con este evento que nos ha ocupado más tiempo del que quería la propia GW. Así pues, cantemos las alabanzas al Omnissiah y lancémonos sin mas demora.


-MANOOOOLOOO!
-JULIAAAAAAAN!

PARTE 1: LA PROCESIÓN DE LAS MÁQUINAS

De sobra es conocida para el lector la Cruzada Indomitus, la colosal empresa que Roboute Guilliman, el Regente Imperial, lleva a cabo para reclamar los planetas de un fragmentado Imperium que se balanceaba al  borde de la aniquilación, el esfuerzo por llevar a los Capítulos desperdigados y casi extintos su regalo en forma de Primaris, pero en este pandemonium que es el Oscuro Imperio, no es el único actor moviendo ficha para asegurarse sus dominios. En Marte, el Adeptus Mechanicus observa receloso el mapa galáctico a sabiendas de que posibles facciones secesionistas habrán aprovechado la oportunidad para escindirse del control del planeta rojo, algo que no pueden tolerar, por no mencionar la corrupción que la Disformidad rampante puede haber dejado a su paso. Así, Marte y otros mundos Forja reorganizan sus Flotas de Exploración, convirtiéndolas en Flotas de Reclamación, con el propósito de retomar el control de los mundos forja, fundiciones y templos del Omnissiah de la vil influencia del Caos o de posibles descarriados. Una de las tres flotas enviadas al Segmentum Pacificus está dirigida por el Dominus Xu Kroll, a quien se le una la Marcha de Padah, una alianza de Caballeros imperiales liderados por la Baronesa Sodhen, de la Casa Terryn, quienes comparten con el Dominus un feroz desprecio por los psíquicos y todo lo que apeste a brujería. En su ruta se encuentran con la devastación de la Disformidad desatada sobre hombre y máquina por igual, aniquilando aberraciones poseídas ahí donde aparecen. Peor aún son los Caballeros del Caos, que saquean a placer y dominan sin oposición en pequeños y sanguinarios feudos. 

Sin embargo, cuando la Flota de Kroll está tratando de llegar a uno de estos feudos, es engullida por una tormenta de Disformidad llamada la Tormenta de Sirena. Solo logran salir de ella siguiendo una señal astropática cuya firma es, aparentemente, imperial, pero esto lleva a la Flota al sistema Sistema Ordex, donde se encuentra el Mundo Forja de Ordex Thaag, que fuera abandonado siglos atrás y se ha convertido en una réplica del infierno.


¿Me vas a decir que tú no veraneabas ahí?

Aquí, donde se van a a librar las batallas del suplemento, ha creado su dominio un monarca de la traidora Casa Lucaris, Magnat Waersk, quien ha forjado con el Mechanicus Obscurus un nefando pacto. A cambio de la promesa de los poderes que yacen enterrados en el planeta, ha permitido a estos Tecnosacerdotes heréticos reavivar las fundiciones del planeta, pero a la retorcida imagen del Caos. La superficie es un erial recorrido por las abominaciones nacidas de experimentos fallidos, surcado por fisuras de las que emerge el vapor del subsuelo, punteado por gigantescas y deformes chimeneas. Rituales de invocación, sacrificios de psíquicos y tecnología prohibida se fusionan en macabras creaciones, entre ellas una gran pirámide alimentada del sufrimiento de los psíquicos y de grandes demonios que permanecen encadenados bajo ella. Esta construcción está agrandando la Tormenta de Sirena, que a su paso devora planetas como una marea imparable. Pero lo que los tecno-herejes no previeron fue que esta creación macabra pudiera actuar de baliza para una flota Imperial. Sin embargo, Waersk está preparado; tiene a su disposición Caballeros del Caos sometidos y ha erigido una fortaleza de varias capas concéntricas llamada el Qysberg, desde donde dirigirá la defensa de su reino.

Desde la órbita, Dominus Kroll contempla con desprecio el planeta que se dispone a asediar, pero en su interior arde el anhelo de probar un arma secreta: el Artefacto Varliano. 

PARTE 2: ACEITADA COMO TOCA

Esta es una batalla digna de novelizarse, una que no solo tiene una presentación perfecta, también una trama y unos personajes con fines propios. La batalla que sigue es una mezcla de todos los elementos que podemos esperar de un escenario apocalíptico en los horrendos campos de batalla del cuadragésimo primer milenio. El Adeptus Mechanicus asalta las murallas del Qysberg, pero es enfrentado por tamaña resistencia que a pesar de la potencia de fuego desatada, no logra penetrar las defensas, todo mientras lucha en un terreno atroz. Mientras tanto, a los Caballeros Imperiales que dirige la Baronesa Sodhen se les da un nombre y el protagonismo de una escena que por mucho que se haya visto otras tantas veces con anterioridad, no es menos cierto que logra capturar el sentido del sacrificio y victoria que lo hacen, en una sola palabra, aunque mal empleada, épico. Pero lo mas importante, al menos para mí, es que tenemos personajes, algo a lo que aferrarnos.


-Nooo, el Admech no puede ser bueno yendo al cuerpo a cuerpo!
-Jaja, Leonardo da Vinci hace ñam ñam

Waersk es poco mas que un villano de opereta, pero el Dominus Kroll y la Baronesa Sodhen son polos opuestos, a pesar de estar hermanados en su odio hacia los psíquicos. Por un lado tenemos la avaricia egoísta del Adeptus Mechanicus que arroja a sus skitarii a la batalla, no por honor, no por una causa justa, sino para hacer una mera prueba de campo con una arma nueva, mientras que por otro, tenemos la encarnación de la guerra como un medio para alcanzar la virtud personal y por el bien de una causa mayor. La batalla que tiene lugar es una que salva billones del vidas, pues los Caballeros de la Marcha de Padha logran destruir la pirámide psíquica que estaba alimentando la tormenta de Disformidad, pero por su parte, cuando Dominus Kroll se ve incapaz de atravesar las murallas, utiliza el Artefacto Varliano, un arma que le fue concedida por un "misterioso benefactor" y que, al parecer, aniquila cualquier fuerza psíquica y cualquier máquina alimentada por esta. Pero el daño colateral es devastador.

PARTE 3: POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS

El final de Engine War es mas que digno de cualquier obra de este siniestro universo, pues aunque técnicamente termina con una victoria imperial, el coste de la misma hace que uno se pregunte si los medios estaban justificados. Cuando Kroll activa el Artefacto Varliano, gran parte de las máquinas demoníacas que estaban empleando los defensores dejan de funcionar, pero al mismo tiempo muchos de los Caballeros Imperiales que habían logrando entrar en la fortaleza se encontraban en plena retirada, superados por los Caballeros del Caos. El mecanismo interrumpe la señal de los Tronos de muchos de esos caballeros, dejándolos inoperativos y a sus nobles jinetes, indefensos. Solo unos pocos, incluyendo la Baronesa Sodhen, logran escapar del Qysberg, y de inmediato secuestran al Dominus responsable de tanta muerte innecesaria para interrogarlo en su nave, la Lanza de Voltoris. 


Cyborgs vs Satanás. Yo lo firmo, oye.

Peor aún, el artefacto también ha roto las cadenas de las entidades demoníacas que estaban luchando por escapar de sus captores, las cuales liberan un torrente de devastación sin igual. No solo aniquilan las fuerzas imperiales, también Waerst y sus Caballeros del Caos, que habían osado tratar de esclavizarlos, son destruidos. En órbita, las naves de la Flota de Reclamación son abordadas por demonios que aparecen de fisuras en sus corredores y hangares de carga. Finalmente, los pilotos de las naves son poseídos y la Flota es dirigida contra la estrella del sistema. Solo la Lanza de Voltoris escapa, con Kroll mostrándole a Sodhen los resultados de su arma para salvarse de la ira de la Baronesa.

PARA FINALIZAR

Mas allá del potencial de novelización, lo mejor de este suplemento es que efectivamente sí puede tener solución de continuidad, lo cual, a pesar de que nos han spoileado el final del Despertar Psíquico, tiene mérito. Las armas anti-psíquicos no es algo que se haya mencionado solo aquí, también se mencionaron en la novela Dark Imperium, por lo que es mas que sospechoso que Belisarius Cawl es quien está observando entre bambalinas lo que para él no es mas que otro experimento. Aunque mencionan que esta arma es una posible PCE perdida, su origen no se establece de forma clara, así que es perfectamente posible que incluya tecnología necrona. A pesar de que duda que en un futuro volvamos a saber nada de Kroll o Sodhen, pienso que este es el camino de que deberían seguir los suplementos si quieren formar parte del mythos de 40K y ser recordados. Quedan dos suplementos, que serán cubiertos dentro de muy poco tiempo, y ojalá tengan una historia comparable.

Terminemos, pues, con los relatos cortos de la página del Despertar Psíquico.

The Cleansing Light de Colin Cubbon. La verdad, me pareció aburrido. Tampoco tiene mucho que ver con la trama del suplemento.

Release, The Joust y Cargo Bay Ceti-78, escritos por Dirk Wehner. En vista de lo que ha escrito este autor, diría que si le diesen la oportunidad de crear algo mas longevo, no se arrepentirían, aunque tampoco estoy seguro de que destacase. Sus tres relatos están en la línea de "lo normal", cosillas del montón pero que por lo menos está entretenido. Release es una de las pocas visiones que creo que existen del Mechanicus Obscurum desde el interior, y solo por eso merece la pena. The Joust es un combate entre dos Caballeros, uno Imperial y otro caótico, y por increíble que parezca, ha preferido contarlo desde el punto de vista del hereje. Por mas increíble que parezca todavia, no está mal escrito. Finalmente, Cargo Bay Ceti-78 está claramente pensado para leerse antes de meterse de lleno en el suplemento, porque es el anticipo de las intenciones de Dominus Kroll y de su carácter maquiavélico, cosa que cuadra a la perfección.


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